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Recuerdos y reencuentros.

martes, 28 de julio de 2015

LLERENA, REFLEXIONES DE ANTES Y DE DESPUÉS DE 1870. Antonio Mateos Martín de Rodrigo.

a propósito del libro  CRÓNICA DE LA PROVINCIA DE BADAJOZ, año de 1870, de Henao y Muñoz O, AL, FINAL,EL ANUNCIO DE UNA PUÑALADA TRAPERA A LLERENA..

A Pepe Lepe.

[Llerena], tu nombre ya está listo, temblando en un papel... 
Blas de Otero.

LLERENA: LA CIUDAD IMPOSIBLE DEL CEMENTO…

Recuerdo que en los años sesenta del siglo pasado yo oía que en Llerena, de revuelta a su cíclica postración económica; recuerdo vívidamente, que se decía que iban a traerse numerosas industrias, ¡hasta una fábrica de tractores húngaros¡, decíase en la época del desarrollismo; pero, al mismo fatal tiempo, se hablaba de manos negras todopoderosas, determinados empresarios agrícolas, que habían impedido la ubicación de la fábrica de cementos Asland, finalmente situada en Los Santos de Maimona.

Y, no eran, precisamente, razones ambientales, según yo escuchaba, sino para no subir el salario de los jornaleros del campo...

A sobra de brazos, en Llerena también hacían falta, como en 1870, gentes con mente emprendedora y abierta.

Claro es, que, desde, al menos 1870, se supo que en Llerena había mucha caliza, tal como yo oía referir en los años sesenta, y, en mayores cantidades que en los Santos de Maimona:

“Los [terrenos] silurianos y cambrianos son los que mayores espacios ocupan, pudiendo dirigirse según sus caractéres en tres clases según domina en ellos la cuarcita […]  ó la caliza  como en las inmediaciones de Llerena […]

En cámbio apenas se encuentra en toda Estremadura la caliza, presentándose sin gran importancia junto á MAGACELA y algunos manchones en Burguillos y al S. de Llerena”.

No obstante, en el siglo venidero Gerardo Gallego creará el asperón llerenense utilizando la caliza como elemento básico y bajo la marca patentada de ENERY.

LLERENA: PUERTO O PUERTA DE ANDALUCÍA Y EXTREMADURA O VICEVERSA.

No fueron los Moros los que modificaron significativamente la división de la Hispania Romano-Visigótica; es más, Fernando III el santo determinó que cuando hubiese problemas en las mojoneras se citase a “moros sabidores”; los que hicieron modificaciones, sin duda, fueron los cristianos y, en nuestro caso concreto, la Orden de la Caballería de Santiago de la Espada, quien contribuyó a un nuevo orden territorial que puso coto a la aventura romano-bética e islamo-hispalense del Concejo y Archidiócesis de Sevilla; entre otras acciones una fue el posicionamiento en contra de las pretensiones de Sevilla al no dejar a Azuaga en sus dominios territoriales- el estandarte fue Santa Olalla de Mérida- y el trueque de Reina por Cantillana.

Para tal y tamaña empresa de señalar lindera incontrovertible idearon la creación de la Ciudad de Llerena, aunque, entonces, como Villa, si bien murada y almenada y dotada de nuevo castillo o fortaleza.

Llerena es una puerta, con cerrojo y en segura retaguardia, en la que convergían tres caminos desde la Andalucía: el camino de la Córdoba musulmana, la ruta de la Sevilla por Reina y el sendero de la Sevilla itálica con dos veredas (una hacia Llerena, la otra hacia Emérita/Marida): fascinante, desde el punto de vista lógico y estratégico.

Y hasta caminero: Alfonso XI pàra bajar al moro o la Giralda desde Mérida se dirigía Llerena

Pero entonces tenía otro valor añadido: La Orden de Santiago con su Maestre residiendo en Llerena tenía al alcance el Reino de Granada.

Cómo no le iban a dar los santiaguistas ancha cancha a Llerena si sus maestres eran tan previsores y con el casco tan bien amueblado como mejor aguzada la espada…

Si bien hay historiadores, no sé si ingenuos o extgremadamente bobalicones, que proclaman a letra tan expresa como impresa que los reyes cristianos querían hacer arraigar a las órdenes de caballería en zonas fronterizas… (-¡Zopenco; mirando, al mapa… y a la economía medieval¡).

Pues bien, si en épocas anteriores Llerena sirvió de gozne caminero en 1870 seguiría siéndolo, aunque a lo pequeño, abriendo a su través nuevas rutas que me recuerdan a algún itinerario tartésico:

"Carreteras. Las proyectadas son: De las cercanías de Aracena (Huelva) por Llerena, Castuera, Puebla de Alcocer y Herrera del Duque á Navahermosa (Toledo). Y por último, de Llerena á Villanueva de la Serena”.

LOS PARTIDOS DE LLERENA, DESDE SU ORIGEN HASTA 1870: GEOGRAFÍA, POLÍTICA Y ECONOMÍA.

"Partido" viene a significar parte de un todo; en un principio las partes de nuestro todo fueron de nuestra Provincia de León de la Orden de la Caballería de Santiago de la Espada; y estas partes eran los Castillos Terminados de Montánchez, Mérida, Alange, Hornachos, Jerez de los Caballeros y Reina; luego, cuando los Castillos Terminados pasaron a casi innecesaria necesidad y obligación porque los reinos musulmanes se habían reducido al de Granada,  Llerena le dio al “castillo” de Reina estoque y arrastre con bastante antelación y maestral previsión y planificación. Es lo que se llama el descastillamiento o venida del centro administrativo del monte al llano, fenómeno propio de la Repoblación cristiana.

Y, cuando los castillos o fortalezas ya no fueron pieza de infantería, de caballería ni de artillería o frontera contra la morisma, comenzaron a derrumbarse; en el caso de Llerena hubo dos castillos o fortalezas dentro del recinto amurallado

¿Era el “Castillo Viejo”, de origen musulmán?

Pero este castillo o fortaleza ya no contó con término; fue la propia villa la que lo necesitó, a costa de enfadar, y gravemente, a sus vecinos mejor dotados territorialmente.

Parece ser que los Partidos santiaguistas surgieron con los Reyes Católicos al asumir la Administración de la Orden y sustituir al Gran Maestre; por ello establecieron bajo la jerarquía de un Gobernador, para toda la Provincia de León, los Partidos de Mérida, Llerena, Montánchez, Jerez de los Caballeros, Segura y Hornachos; a su vez cada Partido disponía en sus cabezas con un Alcalde Mayor, a excepción de Mérida y su Partido que tuvo Corregimiento propio por ser Ciudad y antigua; a partir de 1560 se redujeron a dos los Partidos, Llerena y Mérida, los cuales tendrían su propio  y respectivo Gobernador.

Partido de Llerena [ahora denominado "judicial"].
“Este partido judicial comprende en su parte NE. estensos llanos limitados al N. por las sierras de la Peraleda y del Campillo, y su mitad meridional, cuyas vertientes van al Guadalquivir, es quebrada  y montañosa. Tiene por lo tanto muchas tierras cultivadas y hermosos montes de diversidad de árboles y producciones.
[recuerdo que tuve como compañero en el Colegio a un muchacho procedente de Peraleda del Zauzejo, cuya lejanía me extrañó].

Llerena, despejada y alegre ciudad [excelente piropo que luego se traducidirá por "mande dinero a Llerena, que la cosa está buena"], de la cual nos ocupamos especialmente en otro lugar de esta crónica, es una de las poblaciones más antiguas del partido.

Los ayuntamientos que componen este partido judicial son: Aillones, Azuaga (antigua Arsa), Berlanga, Campillo, Casas de Reina, Granja de Torre Hermosa, Llera, Maguilla, Reina (la Regíana de los romanos), Retamar, Valencia de las Torres, Valverde de Llerena y Villagarcía.

Cruzan esta comarca los ríos Matachel, Bembézar y Viar, con otra porción de arroyos poco importantes; el Zújar nace también en él. Aquí, como en el resto de la Provinçia, solo se aprovechan las aguas para dar movimiento á algunos molinos.

Terrenos hay muchos; brazos y buena dirección es lo que falta para elevar la riqueza de tan fértil país á la altura que ofrecen sus buenas condiciones.

[Los malos hechos de la Historia son como eructos]

(SORPRENDENTE  REVELACIÓN…) O UNA BREVE Y CURIOSA HISTORIA DE LLERENA MUSULMANA Y CRISTIANA.


posible cementerio judío según Jose Iñesta.
Si los santiaguistas colocaron aquí el asiento de su Gran Maestre y de su reino o maestrazgo temporal y espiritual, los Moros no fueron menos y asentaron sus reales tronos, haciendas y recreos en Llerena…

Vamos a saber, también, que Llerena ya no sólo es “reducción de ” sino la propia “Regina Tudulorum”


“La misma incertidumbre que tenemos del origen y del nombre de otras poblaciones, tenemos de Llerena, que hoy es una de las más preciosas ciudades de Estremadura.

Tiénese, no obstante, como opinion indudable que fue la antígua Regina Tudulorum (sic) de los romanos, y que en ella estuvieron los reyes moros más de una vez para gozar de su benigno clima y de la belleza de los campos, que son los mas accidentados y feraces del país. Atraidos por estas circunstancias, los moros no la abandonaron desde el momento en el que pisaron el territorio de Extremadura,, mejorando el cultivo y haciendo obras de arte, de que apenas quedan restos.

[De los moros de la morería, al parecer, sólo quedan las mudejararías].

Los cristianos hubieron de retroceder más de una vez al intentar su reconquista; pero el año 1241 fueron arrojados de ella los moros, y desde entonces la defendieron y conservaron los españoles, utilizando los adelantos agrícolas que dejaron los sarracenos. El rey de León celebrado en ella Cortes el año 1340, ennobleciendo á muchos de sus naturales, que se distinguieron en las guerras con los enemigos del cristianismo.

[Eran éstos los nobles "de cuantía" o "nuevos ricos"].

En el año 1641 le concedió el rey Felipe IV el noble título de Ciudad, que conserva como justos y merecidos títulos, siguiendo sus hijos dignos de la más alta distinción por su fino trato y por sus costumbres.

[pero como las mercedes reales sean por necesidad u oro, a Llerena le costó el título como en la Universidad de Wert].

[Y prosigue la Historia de Llerena]

El 11 de agosto de 1810 se dio á sus inmediaciones la memorable batalla de Canta el gallo, que tanto enfureció al ejército francés, cuyas pérdidas pretendió resarcir entrando á saco en la ciudad, donde causaron los franceses grandes estragos, que arruinaron muchas fortunas y dejaron huérfanas algunas familias.

[Menos mal que Napoleón era "de buena parte"; claro es que yo tuve un aguerridísimo compañero del Colegio apellidado Guerrero o un amigo Chaparro, tan gigante como su primo, y, también, amigo, José Díaz Martin; claro es que para que a  los "gallitos" franceses le diesen en la cresta...].

En aquella guerra colosal de entusiasmo y patriotismo, puso esta ciudad en pié de guerra un batallón que se títuló de la Granada de Llerena , en honor de la Virgen de este nombre que tanto veneran sus hijos.

[Este batallón estuvo a las órdenes de Juan José Nieto Aguilar, II Marqués de Monsalud, y , como unidad militar sería el precedente del Regimiento de Cazadores de Llerena

La Virgen de la Granada
no quiere ser francesa,
que quiere ser patrona
de la tropa llerenesa].

La Inquisición tuvo allí sus escenas persiguiendo en primer lugar á la secta de los alumbrados y á los sostenedores de sortilegios y  de hechicerías que alcanzaron las preocupaciones de aquellos tiempos; a pudiendo asegurarse que al lado de la cruz roja de los santiaguistas ardía la hoguera del fanatismo, como símbolos de esterminio.

[Tremendistas; se encuentran con Cristo y Lo recrucifican].

Las armas de esta heróica ciudad son una fuente en forma de taza entre dos árboles verdes.

[Luego entonces genial interpertación y plasmación de la Fuente de la Plaza Mayor; nunca tal fuente fue servida con tamaña metáfora]

[Pero sí anda Henao algo despistadillo al confundir a un Gran Maestre con un Obispo-Prior; sabemos que los Maestres de la Orden de Santiago tenían grandes privilegios eclesiásticos -véase la Regla y el Establecimiento de la Orden- pero esta comparación es odiosa...]

“La ciudad de Llerena tiene también su historia, esclarecida por los caballeros y profesos de la distinguida órden de Santiago. En esta población reside el Obispo prior, con autoridad en todo el territorio de su demarcacion, constando entre sus predecesores á los ilustres D. El Pelayo Pérez Correa y D. Alonso de Cárdenas, quienes alcanzaron grandes mercedes de los reyes. El primero que llevó al priorato la cruz roja fue el intrépido y valeroso maestre de la órden D. Rodrigo Íñiguez, que tuvo la suerte de arrancarla de los moros en el año 1241”.

[Apostillemos: En este caso es un maldicho nombrar el Priorato con la cruz roja; cuando Íñiguez llegó a Llerena, el “lagarto”, era la enseñanza oficial desde los principios del siglo XII al asociarse los antiguos “Caballeros de Cáceres” con el ¿...? Arzobispado de Santiago].

DE CUANDO UNA VEZ MÁS LA ZORRA SIEMPRE TIRA AL MONTE O ANUNCIO DEL CISMA DE LLERENA, AZUAGA, MAGACELA Y MÉRIDA.

[El libro del que están sacadas estas informaciones es el primer intento de hacer una Historia de la Provincia de Badajoz, surgida de la Reforma Provincial moderna de España en 1834 y según la cual la antigua Provincia de Estremadura, que sí tenía Historia centenaria, fue dividida en dos nuevas: Cáceres y Badajoz.
Escudo de la Orden de Santiago y del Sumo Pontífice

Al referirse al Obispado/Piorato de Llerena Henao muestra una carta que en medios eclesiásticos y políticos se barajaba desde el Concordato de 1854: poner en cada capital de las nuevas provincias un obispado o engrandecer al de la nueva capital - nuestro caso-.

El lema era "Una provincia, un obispado y una Universidad"; los únicos que casi cumplieron fueron los obispos, aún a costa de una grosera mentira destinada a Su Santidad Pío IX.

Pero, como la zorra siempre tira al monte, pues (mi compañero Larios era muy dado al "pues" antes de responder), mira cómo encontramos justificada la próxima desaparición del Obispado-Priorato de San Marcos de León, también conocida, como Diócesis de Llerena, fagocitado por el pequeño y paupérrimo Obispado de la ciudad de Badajoz, recientemente convetida en Capital de la Nueva Provincia...]

“Los 272 pueblos de que se compone el territorio de esta antigua y poderosa órden, se hayan distribuidos en varios obispados, complicando la contabilidad y los pagos y las relaciones de la autoridad civil que ha de entenderse con los eclesiásticos. Además del priorato de San Marcos de Leon, cuya silla episcopal está en Llerena, existen el de Alcántara, Toledo, Plasencia y Coria, á distancias considerables de la capital de esta provincia, por lo cual y no siendo fáciles las comunicaciones, se entorpece la acción del centro administrativo, dando lugar á que el servicio se retrase y se entorpezca las mas veces, en perjuicio del público y de los ministros del altar”.

[Claro es que mis antepasados siberianos y toledanos por causa religiosa al pasar a la provincia civil de Badajoz no perdieron sus condición de fieles de la Iglesia de Toledo - ésta era excepción sobresaliente en el nuevo Orden de forma que algunas diócesis estaban dispensadas de ponerse collar en el cuello-.





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