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Recuerdos y reencuentros.

domingo, 19 de julio de 2020

LOS RESTOS DE UNA CALZADA ROMANA EN CANTALGALLO (LLERENA) O EL TRAZADO DE LA VÍA HISPALI AD EMERITAM POR REGINA DESDE LACUNIS (FUENTE DE CANTOS) Y NO POR USAGRE.



LOS RESTOS DE UNA CALZADA ROMANA EN CANTALGALLO (LLERENA) O EL TRAZADO DE LA VÍA HISPALI AD EMERITAM POR REGINA DESDE LACUNIS (FUENTE DE CANTOS) Y NO POR USAGRE.
Antonio Mateos Martín de Rodrigo.
A Antonio Marín Guerrero.

INTRODUCCIÓN.
Tal como vimos en el anterior artículo, por causas económicas aparecen nuevos caminos en momentos determinados que unen espacios nunca antes interrelacionados.
Concretamente, la ampliación de la Cañada Real Segoviana trashumante bajó desde Medellín hasta Berlanga, Ahillones y Granja de Torrehermosa al ampliarse en el reinado de los Reyes Católicos el espacio dedicado a la ganadería mesteña.
También nuevos caminos aparecieron en época musulmana para conectar directamente Mérida o Badajoz con Córdoba, y con Sevilla, ya en la época post-emiral, con Reina y LLerena como lugares de paso.
Concretamente, el camino de Mérida a Córdoba por Usagre surge en esta época. Sin embargo, no era así en época romana ni estos nuevos caminos eran pavimentados.
Comprobémoslo.
LAS VÍAS ROMANAS EN EL SUR DE LA ACTUAL EXTREMADURA.
Dos calzadas romanas unían Augusta Emerita (Mérida) con Híspali (Sevilla). En el Itinerario de Antonino se denominaban oficialmente durante el siglo III como
-                   Iter ab Ostio Fluminis Anae Emeritam Usque (el camino de la desembocadura del Guadiana a Emerita)[1] que, en la actual Extremadura, transcurría entre Monesterio y la ciudad emeritense.[2]

En realidad, la denominación era la propia de una vía de comunicación que ponía en contacto la capital de la Lusitania con uno de sus límites provinciales: la desembocadura del Guadiana.

-                   Y el  Iter ab Hispali Emeritam  (Camino de Híspali a Emerita).[3]
Éste unía, a su vez, las dos ciudades capitales de la Bética (Córdoba)  y de la Lusitania.
Según José Manuel Roldán Hervás, la denominación de Vía de la Plata sólo le corresponde al Iter Emeritam ad Asturicam,[4], que unía Augusta Emerita (Mérida) con Asturica Augusta (Astorga). Sin embargo, la Junta de Extremadura, en una confusa aclaración en la que da por conocida la posición de Roldán Hervás y otros que le siguen, oficialmente da la denominación de Vía de la Plata, denominación propia desde la época medieval,[5] al tramo referido por María Lozano Belloso desde Monesterio hasta Baños de Montemayor.
Evidentemente, este nombre de Vía de la Plata  no procede de época romana sino de tiempos medievales musulmanes y fue popularizado  tras la pérdida de la capa de rodadura. Roldán Hervás interpreta que el vocablo “plata” en lengua árabe significa “pavimento”.[6]
En opinión del Cronista Oficial de LLerena,  Luís José Garraín Villa, la calzada que pasaba por LLerena, al parecer, procedente de Usagre y Villagarcía de la Torre, se nombraba desde antiguo Vía de la Plata.
Garraín Villa sitúa el trazado de la Vía de la Plata llerenense por lo que fue antes el Camino de Villagarcía y, actualmente, como en nuestra infancia se denominaba Camino de la Albuera. De hecho, asegura que su denominación antigua fue Camino de la Plata. [7] 
Historigráficamente se fundamentaría la consideración de este trazado  en el  itinerario que Roldán Hervás hace de esta vía, al llevarlo en su discurso caminero a la vera de Usagre, la antigua ¿Urbs Sacra?, y procedente de Villafranca de los Barros (Perceiana),[8] 
A su vez, fundamenta Garraín Villa su opinión en “documentos antiguos”.[9]
A mi entender, Garraín Villa para su Vía de la Plata llerenense se referiría al  Iter ab Hispali Emeritam que es el que Roldán Hervás sitúa, acaso erróneamente, por Usagre y Villagarcía de la Torre.


El Marqués de Monsalud en 1896, hacía correr, también, ignorando, empero, la actualmente considerada oficialmente como Vía de la Plata, la vía de “Sevilla a Mérida” hacia Regina por LLerena, procedente, claro, de Villafranca de los Barros y Usagre:

Después de Villafranca reaparece en los olivos  de las Bodegas, atraviesa la sierra de los Santos, que es donde se halla mejor conservada, siguiendo hacia Llerena; Casas de Reina, etc[11]

Sabemos que esta Vía de Sevilla a Mérida, sin otra denominación conocida que la de  Iter ab Hispali ad Emeritam,  sí pasaba por el actual término de LLerena ya que Regina era una de sus “mansios”, o estación oficial de descanso nocturno.

Fundamentalmente, debido a su recorrido extremeño actual, el Iter ab Hispali ad Emeritam, sería más una calzada bética que lusitana, pese a ir a morir en la ciudad augustanoemeritense. Y, es que los límites entre la Bética y la Lusitania, han sido establecidos, más o menos, a la altura de Los Santos de Maimona.[12]
Paralelamente, esta calzada de Híspali a Emerita, también, tenía como fin vertebrar  las poblaciones y los términos más septentrionales del Conventus Cordubensis: Astigi, Regina y ¿Urbs Sacra? (Usagre), pertenecientes a esta jurisdicción según Ptolomeo[13] -las dos últimas poblaciones situadas en la Comunidad Autónoma de Extremadura-.
Este recorrido ha sido interpretado por Alberto González Rodríguez como “calzada romana secundaria” paralela a un itinerario árabe.
Ninguno de los dos caminos pasa, en la interpretación de su recorrido, ni por LLerena ni por Regina, aún partiendo un poco más allá de Zafra (a la que considera Segida Restituta Iulia).[14] Este “poco más allá” podría corresponderse con Lacunis o Fuente de Cantos.

No obstante, la Junta de Andalucía, en la descripción de las Vías romanas de su territorio histórico, desliza el trazado de esta Calzada no por Usagre como Roldán Hervás ni González Rodríguez, sino, desde Regina hacia Lacunis. Es decir, hacia la actual Fuente de Cantos en donde enlazaría con el Iter ab ostio fluminis Anae Emeritam usque.


Al parecer, la Junta de Andalucía, se basaría en los Itinerarios clásicos como la Tabula Peutingeriana.


Así también lo entienden José María Álvarez Martínez, F. Germán Rodríguez Martín y Trinidad Nogales Basarrate al referirse a Regina. Consideremos lo que dicen al respecto: “El emplazamiento de la ciudad tanto levantada en el llano como la ubicada en el cerro,  estuvieron ligadas a un ancestral camino que conectaba el valle del Betis con el del Ana (sic) y la fachada atlántica una ruta que los romanos, como en tantos sitios, van a convertir  en la calzada que enlazaba  las capital de Lusitania, Augusta Emerita, con Hispali. Nos referimos a la vía, iter ab Hispali Emeritam, cuyo recorrido atendiendo a lo propuesto por el itinerario de Antonino, plantea serias dificultades  a la hora de encajar  la distancia que el recorrido  otorga entre Emerita y Regina . En los últimos años se han buscado  algunas alternativas que expliquen esta anomalía. Georges y Rodríguez Martín dicen  que en realidad no se trata de un error del copista, sino que nos encontramos en el lugar  en el que la vía X arranca o, mejor dicho, se separa,  de la vía XXIII, Iter ab Ostio fluminis Anae Emeritam Usque. Dicho inicio se encuentra en las inmediaciones de la actual de Fuente de Cantos (Badajoz). Si lo tomamos como punto de partida de la vía X, las distancias del trazado encajan perfectamente, encontrándose la ciudad de Regina a las XXIIII MP del Itinerario”.[17]
LA CALZADA ROMANA DE ASTIGI A EMERITA POR  “CANTALGALLO”.
Sin embargo, faltaría la prueba directa de la existencia de esta calzada, es decir, al menos la existencia de un retazo y su permanencia como camino.

El testimonio arqueológico, al parecer, estaba situado aún en el siglo XIX en Cantalgallo,  finca situada en el término de Llerena, según un texto decimonónico.

En ella tendríamos una insospechada y antigua prueba arqueológica que fundamentaría  la proposición de Georges y Rodríguez Martín muy cerca de la propia ciudad de LLerena: los restos, ahora quizá perdidos, pero sí documentados, de esta antigua calzada romana deducida por ellos.

Los vestigios de esta calzada, cuya existencia documentó en 1844 Fermín Caballero, desde  Lacunis o Fuente de Cantos, pasaría  por LLerena, la entonces Villa Lariena, hacia la mansio Regina, por el cortijo de  Cantalgallo, acaso entonces una villa romana del Municipium de Regina.

Algunos años después, año de 1866 concretamente, esta calzada, ya era reconocida oficialmente como carretera y tenía la denominación de Carretera de Cumbres Mayores á Llerena por Fuente de Cantos.

Su paso por Cantalgallo, quedó perfectamente descrito en el Itinerario descriptivo de España, Tomo VI, elaborado por el Depósito de la Guerra.

-          A 17 k. se encuentra el cortijo de Canta-el- Gallo y se entra en un desfiladero de 4 k”.
-          A 18 K. se vadea el arroyo Canta-el-Gallo, impracticable en épocas de lluvias, y el camino desde 22 K., asciende entre cultivos cercados á Llerena”. [19]



CONCLUSIONES.

Con el dato de la calzada romana de Cantalgallo descrito, el de Juan Mateo Reyes Ortiz de Tovar describiendo la calzada de Emerita a Híspali a su paso por Calzadilla de los Barros y los del Marqués de Monsalud, habría que poner en duda una de las proposiciones de Pierre Sillières quien entiende que la calzada citada comienza a desaparecer a partir de Villafranca de los Barros considerando que son dos jurisdicciones provinciales diferentes.

Concretamente afirma Sillières que, a partir del Sur de Villafranca de los Barros, disminuye el número de villae e, incluso, lo que nos importa, parece desaparecer la calidad de la calzada.[20]

No sería tal así. Según Juan Mateo Reyes Ortiz de Thovar, sin embargo, en el siglo XVIII,[21]  aún existían vestigios o restos de la Calzada romana de Emerita a Hispali en Calzadilla de los Barros. Lo mismo sucedía en el siglo XIX más allá de Villafranca de los Barros.[22]

Ahora bien, tendríamos una posible explicación de los territorios de los Conventos Jurídicos de Córdoba y Sevilla a través de la Vía de Mérida a Écija  en su zona Bética al sur de la actual Baja Extremadura. Frontino especificaba que  “todos los límites, según una ley colonial, deben de servir de camino público”.[23]

O lo que es lo mismo, a la derecha o al este, subiendo desde Regina, se situaría la jurisdicción conventual cordobesa y a la izquierda o al oeste la hispalense.



Por otra parte, hay que considerar la proposición del paso de una calzada romana por Usagre hacia Llerena/Regina como no conforme a los itinerarios de la época romana.
El itinerario por Usagre-Villagarcía de la Torre, más bien sería un nuevo enlace para acortar la distancia entre Córdoba y Mérida. Especialmente, por razones de control de su levantisca población emeritense frente al poder de Córdoba.

En la ciudad de Mérida a 1 de junio de 2019.



[1] ROLDÁN HERVÁS, José Manuel. Iter ab Emeritam . El Camino de la Plata.Universidad de Salamanca. Salamanca 1971, p . 155.
[2] LOZANO BELLOSO, María. “El proyecto Alba-Plata (1998-2004): Ruta patrimonial de Extremadura” en Revista de Estudios Extremeños . Vol  63. Nº 2 Diputación Provincial de Badajoz. Badajoz  2007, p. 588.
[3] ROLDÁN HERVÁS, José Manuel. Obra citada, p. 155.
[4]Íbidem, pp. 17 y ss.
[5]  D.O.E.—Número 140 2 Diciembre 1997, p. 8373. CONSEJERIA DE CULTURA Y PATRIMONIO.
ORDEN de 19 de noviembre de 1997, por la que se incoa expediente para la declaración de la Vía de la Plata, a su paso por la Comunidad Autónoma de Extremadura, como Bien de Interés Cultural con categoría de Sitio Histórico y se concreta su delimitación en http://doe.gobex.es/pdfs/doe/1997/1400o/97050587.pdf
[6] ROLDÁN HERVÁS, José Manuel. Obra citada, p. 19.
[7] GARRAÍN VILLA, Luís José. LLerena sus calles, historia y personajes. Sociedad de Historia de LLerena, Badajoz 201o, p.. 27.
[8] Íbidem, p. 17 y ss.
[9] Íbidem, p. 27.
[10] ROLDÁN HERVÁS, José Manuel. Obra citada, p. 155.
[11] MÁRQUÉS  DE  MONSALUD.  “Via  romana  de  Mérida  á  Villafranca  de  los  Barros”.  En  “ Noticias    Boletín de la Real Academia de la Historia., 28, 1896. Cuaderno VI, pp. 533‐ 535,
[12] Los confines entre la Bética y la Lusitania aún se cuestionan; si bien,
se  establecen  a  grosso  modo  por  parte  de  los  historiadores  no  plinianos,  basándose  en
distintos presupuestos, entre Los Santos de Maimona y Villafranca de los Barros. Véase: ÁLVAREZ MARTÍNEZ, DE LA BARRERA ANTÓN Y VELÁZQUEZ  JIMÉNEZ. en Historia de Extremadura,
Tomo I, La Geografía y los tiempos antiguos. Universitas. Badajoz 1985, pp. 101‐180. p.123, SILLIÈRES, Pierre. “Centuriation et voie romaine au sud de Mérida: contribution à la délimitation de la Bétique et de la Lusitanie” en Mélanges de la Casa de Velázquez. Année 1982  18-1.    p.440  y  FERNÁNDEZ  CORRALES,  José  M.ª:  El  asentamiento  romano  en  Extremadura. Su análisis espacial. Universidad de Extremadura, Cáceres 1988, pp. 124 y 125.
[13] URUEÑA ALONSO, Javier.  “Los conventvs de la provincia Baetica a partir de la descripción geográfica de Ptolomeo” en Habis, 2001.I, i 42.20,  p. 215.
[14] GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, Alberto. La red de caminos islámicos en Extremadura. Conformación y Morfología. Caja de Ahorros de Badajoz. Badajoz 1993, p. 53
[15] INSTITUTO DE ESTADÍSTICA Y CARTOGRAFÍA DE ANDALUCÍA. Atlas de la Historia del Territorio de Andalucía. Junta De Andalucía, Cádiz 2009, p.156.
[16] Íbidem.
[17] ÁLVAREZ MARTÍNEZ, José María; RODRÍGUEZ MARTÍN,  F. Germán y NOGALES BASARRATE, Trinidad. “Regina; proceso de urbanización de un centro de la Baetica” en Studia Lusitana. 8. Ciudades romanas de Extremadura. T. Nogales Basarrate y M.J. Pérez del Castillo (edits.). Museo Nacional de Arte Romano. Badajoz 2014, pp. 169 y 170.
[18] CABALLERO, Fermín. Manual Geográfico-administrativo de la Monarquia Española, Madrid 1844, p. 330.
[19] Depósito de la Guerra. Itinerario militar descriptivo de España, Tomo 5. Madrid 1866, pp. 509 y 510.
[20] SILLIÈRES, Pierre. “Centuriation et voie au sud de Merida: contribution a la delimitation de la Betique et de la Lusitanie”. Melanges de la Casa de Velásquez. XVIII/1. Boccard. Paris 1982.P. 443.
[21] A ello se opondría las informaciones del siglo XVIII ya que al referirse a “Calzadilla de los Barros” ORTIZ DE TOVAR, Juan Mateo Reyes. Partidos triunfantes de la Beturia Túrdula. Ediciones Guadalupe. Madrid 1998, asegura  que en Calzadilla de los Barros aún se conservaban restos apreciables de la calzada romana, p. 39 : “Descúbrese hoy día en este sitio la calzada romana por un buen pedazo ”.
[22] MÁRQUÉS DE MONSALUD. “Vía romana de Mérida á Villafranca de los Barros”. En “ Noticias ” Boletín de la Real Academia de la Historia., 28, 1896. Cuaderno VI. pp. 533- 535: “Después de Villafranca reaparece [la calzada] en los olivos de las Bodegas, atraviesa la sierra de los Santos, que es donde se halla mejor conservada, siguiendo hacia Llerena; Casas de Reina, etc.”.
[23] RESINA SOLÁ, Pedro. Frontino. De Agri Mensura. Universidad de Granada. Granada 1983, p.209.
[24] HAMEY, L. A. y HAMEY, J. A.: Los ingenieros romanos. Akal. Madrid 1990.

Publicado en la Revista de Ferias de Ahillones.