Antonio Mateos Martín de Rodrigo.
A Antonio Gálvez, Cronista Oficial de
Reina.
NOTA DE ADVERTENCIA. Este
artículo forma parte de una trilogía dedicada a la Historia de LLerena desde
época romana hasta su conversión, “de hecho”, en Sede Maestral. Los otros dos
serán publicados en las revistas de LLerena - “La historia inscrita en el
nombre de LLerena: villa romana, vicus visigodo y aldeas bereber, almohade,
mudéjar y santiaguista de Reina·- y de Ahillones -“Los
restos de una calzada romana en Cantalgallo
(LLerena) y el trazado de la Vía Emerita
ad Astigi por Regina desde Lacunis (Fuente de Cantos) y no por
Usagre”.
INTRODUCCIÓN:
La interpretación del urbanismo
medieval llerenense que más predicamento ha tenido consiste en afirmar que
existen dos zonas diferenciadas en su trama intramuros o medieval: la Oriental
y la Occidental con la Calle Santiago
como medianera.[1]
Paralelamente, se ha considerado la Plaza de España, como el punto de
atracción, en especial, del Sector Oriental. En palabras de María del Pilar
Gómez de la Peña, ambas proposiciones vienen a decir que
-
“La mitad oriental de la ciudad se atiene a un urbanismo de raíz
islámica”.
-
“El
entramado de esta zona opta por una planimetría
radiocéntrica que se ha formado
alrededor de la plaza mayor, como se comprueba
en la convergencia en las calles hacia este espacio público”.[3]
O, lo que sería lo mismo, la Plaza
existía antes de la conformación urbanística de toda la zona nororiental…,
también, ya en época musulmana.
Al parecer, en la zona oriental de
Llerena se distinguirían dos zonas distintas y perfectamente delimitables tanto
en el tiempo como en sus motivaciones:
1. La
LLerena mudéjar, sí de “raíz musulmana”,
y aldea de Reina, situada sobre las reginenses LLerena almohade, mozárabe,
bereber, visigoda y romana (Sector Nororiental).
2. La
LLerena, ex novo, cristiano-santiaguista
ya independizada de Reina y de su Encomienda (Sector Suroriental).
Sector Nororiental o Mudéjar.
Sector Suroriental o Santiaguista.
Incluida la fase maestral inicial.
LA
LLERENA MUDÉJAR O ALDEA MUSULMANA DE LA REINA YA CRISTIANA.
Sin
embargo, Víctor Manuel Gibello Bravo, opina todo lo contrario a lo expuesto por
De la Peña Gómez afirmando que LLerena carece de antecedentes islámicos.[5] La Repoblación de LLerena sería, pues, plena
y exclusivamente santiaguista.
Intentaremos
resolver el complejo problema que plantean partiendo de paradigmas urbanísticos
diferentes.
Casas de Reina y LLerena, antiguas aldeas de Reina, desde la
Alcazaba. Fotografía cortesía de Antonio
Gálvez.
La Repoblación cristiana es el fenómeno
de ocupación de los espacios conquistados a los musulmanes bajo la tardía
Ideología de la Reconquista,[6] escasamente aplicada, sin
embargo. No obstante, dicha Repoblación, no era incompatible con la existencia
previa de comunidades musulmanas “re-repobladoras”. Estas procedían de la época
almohade y, tras la reconquista cristiana, van ser denominadas mudéjares.
A los miembros de dichas comunidades,
quedadas entre los cristianos, se les respetaban sus derechos de religión,
costumbres, leyes y la conservación de sus propiedades, tal como los musulmanes
habían hecho con los cristianos de época visigoda que permanecieron en sus
tierras y pasaron a ser denominados mozárabes.
En el caso de Mérida el hecho es
meridianamente claro, incluso, se le podía mantener a algunos musulmanes el
estatus de noble.[7]
El ejemplo de Hornachos es aún más meridiano ya que, prácticamente, toda su
población, excepto los escasos miembros santiaguistas de su Encomienda, era
musulmana.[8]
Tampoco, como podría colegirse, la
Repoblación cristiana era un fenómeno subsiguiente e inmediato a la conquista,
casi siempre comenzada por sus antiguos habitantes musulmanes. Había una
poderosa razón para permitir la permanencia de los últimos musulmanes: los
cristianos no tenían suficientes repobladores para tan vastos espacios
conquistados en muy poco espacio de tiempo que, a su vez, eran entregados por
los reyes a distintos señores, los cuales pujaban entre sí para conseguir el
mayor número mediante la concesión de los privilegios más holgados y
ventajosos.
Por otra parte, los musulmanes del sur
del Guadiana tenían la imposibilidad de huir para refugiarse en Sevilla que ya
estaba cercada por las tropas castellanoleonesas. Su única salvación había sido
entrar en la inexpugnable fortaleza de Reina y aguardar o forzar una rendición
pacífica a cambio de permanecer en sus lugares de origen.
Según los acuerdos establecidos entre
el Rey Fernando III el Santo, mientras ponía cerco a la ciudad musulmana de
Sevilla, y el Alcaide de la Alcazaba de Reina, a cambio de la entrega de la
antigua fortaleza almohade, los habitantes de la zona refugiados en su
interior, podrían permanecer en sus lugares de procedencia.
“Allí mesmo (en Carmona) los moros de Cóstantina y los de Reina vinieron allí a tratar partido con el rey dó Fernando; y cócertado su partido luego las entregaron al rey; luego el rey dio Constantina a Córdoba;y dio a Reina a la orden de Santiago ; y quedaron se allí los moros porque assi fue concertado”.
En el caso de LLerena, los antiguos
musulmanes de época almohade, volverían a sus hogares, probablemente,
destruidos en altura durante las operaciones previas de hostigamiento a la
conquista cristiana.
El caserío o aldea musulmana llerenense
se situaría en la zona nororiental de cuya “raíz
islámica” tal como nos ha indicado De la Peña Gómez, no se puede poner en
duda y tiene difícil sino imposible su cuestionamiento.
El punto más reconocible de la LLerena
mudéjar, pero no central de acuerdo con los modelos urbanísticos
prerrenacentistas, sería la Plaza de la
Fuente denominada Pellejera en un
documento muy tardío del año 1549. [10]
A su vez, en el más optimista de los
casos, el límite norte estaría marcado por el Paseo de San Antón desde la Calle Cañuelo, el del este por la actual
Avenida de Jesús de Nazaret -entonces
por el arroyo Caganchas-, el oeste
por la calle Zapatería (sólo la acera
de la derecha) y al sur el límite lo impondría el Palacio Maestral.
Acaso, la mezquita aljama de esta
alquería se situaría en el solar de la antigua Cárcel, Ermita de Santa Catalina
o Sinagoga, por el Principio de Continuidad.
De aquí, que las actuales calles que
comprenderían la LLerena mudéjar, con algún crecimiento urbano posterior ahora
inaprensible en época ya cristiana, serían las actuales: Plaza de la Fuente, Calle
Cañuelo. Calle Alcantarilla, Calle Curtidores, Calle Capua, Plaza de Santa
Ana, Travesía de Santa Ana, Calle
Pólvora, Calle Fuente (hasta la Travesía de La Soledad), Calle Ramón y Cajal, Calle Rodrigo Mateos,
Calle Cristo. Calle Torviscal.
A partir de la edificación del Palacio
Maestral, que va a servir de enlace entre la Llerena mudéjar y la santiaguista,
esta zona servirá de expansión cristiana y tenderá a ocupar el espacio vacío
existente o exido mudéjar frente a la fachada norte o del evangelio de la Iglesia de Santa María y su cementerio. Lo
cual es válido, también, para la posterior conformación de la manzana del
Palacio Prioral.
La urdimbre llerenense intramuros o
medieval se compondría, al menos, de cuatro zonas diferenciadas: la de la aldea
mudéjar, la de la villa santiaguista, la de la villa maestral/prioral (en dos
fases) y la “renacentista”.
La fecha de la edificación del Palacio
Maestral, es decir la conexión entre la LLerena mudéjar de origen almohade y la
santiaguista, habría que situarla, en principio, en el Maestrazgo de Don
Fadrique -1342/ 1358 - si, efectivamente, fue el primer Maestre de la Orden de
Santiago que se estableció residencialmente en LLerena.
El espacio situado frente a la fachada
norte o del evangelio de la Iglesia y el Palacio Maestral no tendría en la Edad
Media, pues, más realidad urbanística que la de ser un gran descampado o egido -lejío
en nuestro habla infantil- entre las LLerenas mudéjar y santiaguista.
N. B, Los ejidos, entre los musulmanes
denominados “alixares”, [12]
formaban parte esencial del común de las poblaciones agrícolas y ganaderas
medievales tanto musulmanas como cristianas. Al respecto, dicen Joan Corominas y José
Antonio Pascual que “ejido”, también
conocido por los nombres de “lejido”,
antes escrito “exido” “es el campo
a la salida de un pueblo, común a todos sus vecinos, donde suelen reunirse los
ganados y establecer las eras”.[13]
En palabras de Víctor Manuel Gobello
Bravo podemos entender y deducir ampliamente el hecho mudéjar de LLerena, en
sus casas, en sus palacios y en sus iglesias para acotar la influencia real del
urbanismo musulmán y sus gentes en la LLerena medieval.
-
Existió continuidad
poblacional, profesional y cultural entre los almohades y los mudéjares[14] debido a “la existencia, al sur del Guadiana, de
importantes Morerías en Fuente del Maestre, Llerena, Mérida, Badajoz,
Hornachos, etc., morerías muy dinámicas de desde un punto de vista cultural y
económico”.[15]
-
El arte mudéjar
llerenense fue una síntesis islamocristiana.[16]
-
Sin embargo, una
simple observación de sus realizaciones, también el caso de LLerena[17] como hemos indicado, ha
dado lugar a falsas interpretaciones de la herencia musulmana: “la realidad mudéjar pertenece tanto al mundo
islámico como al cristiano, por lo que bien podría decirse que resulta
inseparable tanto de uno como del otro
campo cultural”. [18]
Lógicamente, estas consideraciones
reducen la responsabilidad musulmana precristiana que algunos de nuestros más
ilustres historiadores han entendido sobre todo el espacio urbano intramuros y en sus propias murallas[19] o en algunos lugares
emblemáticos como la Iglesia de Nuestra Señora de la Granada.[20]
Las poblaciones musulmanas y cristianas
bien pueden coincidir, más o menos en el emplazamiento y hasta en la posesión
de determinados elementos defensivos como los grandes castillos. Fue el caso de
Reina. Completando el sistema defensivo de las alcazabas y sus villas
interiores y/o aledañas como Reina
existieron unas atalayas o torres vigías asociadas, generalmente, a una pequeña
alquería, denominada “Hisn” cuando poseía un pequeño recinto defensivo. [21]
¿Sucedió el mismo segundo proceso en
LLerena. Es decir, la reutilización cristiana de una alquería musulmana dotada
de una torre vigía (Hisȵ) o,
simplemente, se trató de la reutilización de una alquería musulmana sin torre
vigía (Qurᾱ)?
A nuestro entender la LLerena almohade
fue una simple Qurᾱ o Alquería de
Reina, ya que no hay en el sector nororiental restos conocidos o deducibles de
ninguna torre vigía que, siempre, obviamente, se situaba en sus proximidades y
frente a la zona de procedencia de los enemigos cristianos.
EL “AYRADO” O “CASTILLO VIEJO” Y LA
IGLESIA PARROQUIAL DE SANTA MARÍA COMO POLOS CONTRAPUESTOS CONFORMADORES DEL URBANISMO DE LA NUEVA
POBLACIÓN CRISTIANA SURORIENTAL.
Los contrapolos, hitos, marcadores o
puntos básicos o iniciales delimitatorios del complejo urbano de la LLerena
cristiana como Villa y Encomienda santiaguista, ninguno de los cuales
estructurarían el espacio de forma central desde ellos - recordamos que no
estamos en época renacentista-, son:
El “Ayrado” o “Castillo Viejo” y la
Iglesia Parroquial de Santa María con su cementerio situado a sus alrededores -
al oeste, inicialmente, y al norte y sur
-que, con el tiempo, darían lugar a sus respectivas plazas, aún existentes, en
los lados del evangelio y de la epístola
(acaso, el primero se situó en la Puerta del Perdón como el cementerio
emeritense de la Iglesia de Santa María de la Plaza del siglo XV o el denominado
“carnero” en Calzadilla de los Barros). Ellos serán los puntos de partida para
comprender los urbanismos llerenenses y su interconfluencia.
a. El
“Ayrado” o “Castillo Viejo”.
Si el sentido corriente de las palabras no nos permite ningún
descubrimiento capaz de elevarnos, de instruirnos, de acercarnos al Creador,
entonces el vocabulario se vuelve inútil. El verbo, que asegura al hombre la
superioridad indiscutible, la soberanía que posee sobre todo lo viviente,
pierde entonces su nobleza, su grandeza, su belleza, y no es más que una triste
vanidad. Sí; la lengua, instrumento del espíritu, vive por sí misma, aunque no
sea más que el reflejo de la Idea universal.”[22]
Fulcanelli.
Una de mis más fecundas lecturas sobre
la Historia de LLerena, procede de un
artículo de Francisco J. Mateos Ascacíbar. Al establecer y ratificar en este
edificio del Ayrado la Fortaleza de
la Encomienda de Llerena acompañados de sus correspondientes edificios -los
Bastimentos, entre otros-[23] me sitúa ante el temprano
punto inicial de la expansión urbana de la LLerena santiaguista, ex novo, entre otras muy valiosas
motivaciones interpretativas que analizaremos seguidamente. También me ubica
ante la remodelación de los modelos urbanos medievales llerenenses y sus
complejas y “diabólicas” interrelaciones.
Desde el Ayrado o Castillo Viejo
la LLerena cristiana, siguiendo los desarrollos propios de toda población
medieval post-reconquista dotada de fortaleza inicial -musulmana o cristiana,
como Reina -muros a fuera- o Azuaga-, se conformaría urbanísticamente, “en fuga”
complementariamente y no de forma radiocéntrica (las dos poblaciones no
se buscan, se encuentran a través del Palacio Maestral); en este caso, hacia la
parte oeste con sus límites en la Iglesia parroquial y su cementerio, que
serían su contrapolo y, a la vez polo de atracción -por razones más que obvias
y, obviamente, ambos edificios contemporáneos sólo separados espacialmente y
situados tal así ex profeso-, siguiendo por las actuales Calle Luís Zapata, Plaza del Coso, Calle
Ordiales, Calle Pedro Paz, la antigua
y desaparecida Calleja de los Toros
y la Calle Maesso con la calle Aurora (su acera izquierda
subiendo como perteneciente a su manzana),
La primera zona de creación y expansión
santiaguista posee una cualidad distintiva que perduró a través de los siglos
XIII al XVI. Es el espacio en donde se situaron los elementos santiaguistas
básicos, propios y primeros o fundacionales de las distintas Encomiendas de la
Orden, de tercera generación o no cabezas de Castillos Terminados como Reina o
Mérida ni fronteras, las de segunda, con otras Jurisdicciones como Usagre:
Casas de Bastimentos, Casas Tercias, Casas de la Orden, etc., aunque a lo largo del tiempo transformasen
sus denominaciones.
La actual Calle del Pósito (desde 1589 con esta denominación), anteriormente,
se denominó Calle de Los Bastimentos;
por otra parte, en “la actual casa
rotulada con el nº 9” se encontraba
la Tercia.[24] La propia Alhóndiga,
ya edificio de finales del siglo XVI,[25] junto con el Concejo o Cabildo Antiguo, ya de época contemporánea,[26] vienen a situarnos en una
zona de propiedad señorial santiaguista.
A su vez, en la Calle Ordiales existió una casa propiedad de la Orden aún en el
siglo XVI que ocupó Don Rodrigo de Cárdenas frente a las demandas del Tribunal
de la Inquisición.[27]
Estos edificios son los Encasamientos
o Encasamentos espatarios destinados
a diversos usos propios locales de la Institución y de sus miembros.
El conjunto de estas manzanas, insisto,
se orientaría hacia el contra polo
final, el lugar en donde se situó la Iglesia, entonces, sólo intitulada de Santa María y su cementerio. Así, lo indicaría el sentido
de orientación de las calles de esta zona, las cuales, incluida la manzana correspondiente
al “Pezón”, se dirigen y se adentran
hacia ella o el Oeste.
N.B. Y en donde, además por su lejanía
-que permitía un buen desarrollo urbanístico-
y por su altura -la cumbre de Llerena-. todos los oestes y estes son más
visibles (la fijación, por imposición canónica, del este-oeste de la iglesia
podría dar el momento anual en que fue erigida).
También, indicaría la orientación hacia
el contrapolo de la Iglesia, rompiendo la regla, el trazado al soslayo de la Calleja de los Toros, según Antonio
Carrasco, a finales del siglo XVI; ésta,
partiendo de la Calle Maesso,
desembocaba directamente, lo cual es un hecho de gran significación y trascendencia, en la actual Calle de la Cárcel entonces de la Inquisición Vieja, es decir del
antiguo Palacio Maestral.
La Iglesia parroquial de Santa María,
muy segura y ciertamente, de erección sin precedentes constructivos de mezquita
musulmana, aunque con muy innegables y evidentes manos de alarifes mudéjares,
considerando la Puerta del Perdón
como el lugar que marca su primer e inicial emplazamiento -la separación o
alejamiento respecto de las casas se debería a la existencia de su cementerio aledaño-
se encuentra, insisto, en la zona más alta de esta LLerena cristiana en
ciernes, acaso para fijar correctamente el alba y el ocaso y la lejanía respetuosa con el Egido del
entonces arrabal musulmán mudéjar.
Fijamos, como referencia temporal de la
construcción del Ayrado, de la
Iglesia parroquial y de las manzanas situadas entre ellas, no muchos años más
allá de los años 1275-1280. Fue entonces, cuando LLerena recibió su Carta de Población a Fuero
de Reina y su conformación paralela
como Encomienda previa a sus comienzos posteriores como Villa Maestral.[29]
La torre denominada del Ayrado, por su significación legal en la
Edad Media como incontrovertible y ocasional lugar de habitación real,
-significación puesta en evidencia original por Mateos Ascacíbar-, nos sitúa
ante posibles interpretaciones insospechadas y definitivas sobre el origen
eminentemente santiaguista del sector suroriental de LLerena.[30]
Si esta Torre recibe el nombre de Ayrado es porque algún rey hizo o hacía
uso de ella como vivienda ocasional. Evidentemente, durante sus desplazamientos
hacia Sevilla -y viceversa-, hecho que está, al menos, documentado en los años
de 1340[31] y en siglos posteriores,
época de los Reyes Católicos.[32]
En el denominado Fuero de Llerena, o, más exactamente, conjunto de privilegios y
restricciones de otros concedidos por diversos maestres, ya aparece una alusión
a los derechos de Yantar o Alojamiento
y provisión de alimentos en especie o en dineros de la familia real a su paso por LLerena, [33] lo cual podría implicar
que la edificación del Ayrado, como
posada real -no se encuentra en la documentación emeritense conicda ninguna
referencia a este derecho real-.
El cumplimiento de este derecho [34] del Yantar alcanzaba, inexcusable y exclusivamente, a los vecinos
pecheros o villanos de LLerena -también de Reina a quienes les habría
correspondido originariamente-[35] Y, constituye el segundo
vocablo medieval de vital trascendencia para reinterpretar aspectos básicos de
una de las refundaciones medievales de LLerena. Nos encontraríamos, pues,
también con el Ayrado de forma
principal, ante una fortaleza situada
junto a un camino concreto y singular de la Edad Media: el Camino Real que,
desde Mérida se dirigía a Sevilla a través de Reina, Guadalcanal, etc., y el de
Córdoba por Azuaga, desde época musulmana a través de Usagre y no desde Fuente
de Cantos.
En la época medieval ya musulmana este camino
sería una trocha de Mérida a Córdoba, es decir,
un desvió del Iter Emerita ad
Astigi [36] que dejó de pasar por Cantalgallo para hacerlo por Usagre ya
desde Villafranca de los Barros.
¿Cómo era el Ayrado según Mateos Ascacíbar? La torre del Ayrado, hoy desaparecida, no era una simple torre. Cuando formaba
parte del complejo palaciego del Licenciado D. Luis Zapata, hacía el número
cuarto entre ellas.[37] En la
interpretación de Mateos Ascacíbar el recinto ·estaba compuesto por [tal] recinto
fortificado [y] compuesto por una
torre, un gran patio con un buen pozo y unos azofaifos, así como varias
dependencias altas y bajas que dan a dicho patio”.[38]
Si bien,
-
destacaba dentro
de este recinto:
a. “Esta
torre era de mayores dimensiones que las anteriores”.[39]
b, “estaba
situada en la parte trasera del palacio, hacia el este, integrada en la cerca
de la muralla como una torre defensiva más. [40]
porque “hacía funciones parecidas a las de una torre
del homenaje”.[41]
-
Tal “recinto fortificado” estaba “compuesto por una torre, un gran patio con
un buen pozo y unos azofaifos, así como varias dependencias altas y bajas que
dan a dicho patio”.[42]
Para Mateos Ascacíbar, sin embargo, el Ayrado
“era la primitiva fortaleza árabe
junto a una alquería que entonces pertenecía a Reyna”.[43]
LLerena, pasaría, consecuentemente,
también, a sustituir a la Regina romana y musulmana como “mansio” o estación de descanso nocturno en
la época medieval cristiana; y, no sólo para estancia del Rey y su séquito.
A su vez, el Ayrado, erigido como una fortaleza con las que se dotaba a toda
sede de Encomienda en el tiempo en que se cerque LLerena con una muralla, sería
embevida en esta y el recinto amurallado se ajustaría a este para continuar
usándolo como baluarte principal.
Me llama la atención de este trozo
amurallado, anterior a la Fortaleza
denominada de la Puerta de Reina de la que formó parte con la suficiente entidad
para llevarnos a novedosas conclusiones sobre su edificación específicamente
cristiana ex novo con el fin de
conformar un espacio urbano que completaría el lejano espacio urbano o arrabal
mudéjar:
1. La orientación de su
Puerta de acceso.
Mientras la Puerta de Reina, de forma
inequívoca, se orienta directamente hacia el Camino de Reina o sur, hoy
carretera comarcal Ex 200, la Puerta de la Fortaleza se orienta hacia ninguna
parte viaria actual, excepto, oblicuamente, al sureste… salvo que, entonces, es
de creer, que el camino a Reina se iniciase por su parte frontera y saliese por
la ahora denominada Calle del Castillo
Viejo ; su recorrido en época
musulmana comenzaría en la confluencia del Paseo de San Antón y la Avenida
de Jesús de Nazaret yendo hacia Reina en paralelo a la calle Castillo Viejo y siguiendo
por el antiguo camino hacia las Casas de Reina que no comenzaba a la altura del
Humilladero de san Lázaro..
2. La ubicación del Ayrado en el entramado
urbano. Se nos impondría que, más que una
defensa musulmana, por su orientación hacia Reina y al sur y al este, que,
realmente, fuese una construcción de
fábrica cristiana sin antecedentes musulmanes, pero con maestros alarifes
mudéjares.
Los baluartes
generalmente se encuentran situados mirando hacia donde vienen los enemigos,
como la puerta principal de Reina[44] no dándole las espaldas y
menos en la cota más baja de LLerena. Al respecto, Antonio Navareño Mateos nos
sitúa ante la regla de erección de los castillos musulmanes y cristianos en la
actual Extremadura.[45].
Puerta principal de la Alcazaba de Reina en época almohade, situada
al norte según Garrido Santiago, frente a LLerena, la zona más probable de la
invasión cristiana. Fotografía de Antonio Gálvez.
Y los enemigos de los cristianos
vendrían por el sur en una hipotética contraofensiva desde Córdoba y desde
Reina y/o Sevilla:[46] Por otra parte, esta
construcción se encuentra, insistimos, situada en la cota más baja del espacio
urbano de LLerena y muy lejos de la zona nororiental de la Fuente Pellejera. Por lo cual no tendría la función de alerta ni
defensa sobre el avance de los cristianos para los habitantes de la Llerena
musulmana ya fuese en rápida cabalgada o en invasión definitiva.
En la ciudad de Mérida a 16 de junio de
2019.
[1] DE
LA PEÑA GÓMEZ. María del Pilar. Arquitectura
y urbanismo de Llerena. Ayuntamiento de Llerena, Universidad de
Extremadura. Cáceres1991, p.336.
[2]
COELLO, Francisco; “Cuarta hoja de Suplemento-León y Extremadura”, grabado bajo
la dirección de Jose Saenz Diez; los planos han sido arreglados por Francisco
Coello; el contorno por Raynaud; la topografia por Millian y la letra por J.
Burty; las esplicaciones han sido escritas por D. Pascual Madoz. España
(Parcial). Planos de población. [1848-1868]. 9. Plano de población de Llerena.
[3] DE
LA PEÑA GÓMEZ. María del Pilar. Arquitectura
y p.336.
[4]
COELLO, Francisco. Obra citada.
[5]
GIBELLO BRAVO, Víctor M. El poblamiento islámico en
Extremadura. Territorio, asentamientos e itinerarios. Junta de Extremadura. Badajoz
2007, p. 250: “Pese a la enconada y añeja
disputa de los orígenes históricos de Llerena, no existe testimonio
arqueológico ni documental que permita sostener la existencia de un asentamiento anterior a la
conquista y posterior repoblación
cristiana de la tierra acaecidas hacia mediados del siglo XIII”.
[6]
RIU RIU, Manuel. Manual de Historia de
España. Edad Media. Espasa-Calpe. Madrid 1993, p. 88:
“El ideal propio de la Reconquista, tan aireado por la
historiografía moderna, que implica la idea de liberar las tierras que los
musulmanes detentaban “injustamente”, no se formularía hasta el siglo XI”.
[7]
Sobre la población mudéjar sabemos por Bernabé Moreno de Vargas que las
haciendas de algunos mudéjares no eran magras ni vivían en la pobreza. De
hecho, el maestre Lorenzo Suárez de Figueroa adquirió de una viuda “mora” emeritense, y noble
reconocida, una dehesa en 1389. MORENO DE VARGAS, Bernabé. Historia de la ciudad de Mérida. 8ª Reimpresión. Patronato de la
Biblioteca de Mérida, Badajoz 1992, p. 395: “le compró la mitad de la dehesa
que llaman Isla de Juan Antón, que está en Guadiana, término de Mérida, y es
ahora de su majestad, como administrador de la orden, en 2000 maravedíes de la
moneda blanca de doña Segebra, mora,
mujer que fue de Mahomad Chuchu, vecina de Mérida; la escritura se otorgó en
esta ciudad a 2 de abril del Año del Nacimiento de Nuestro Señor de 1389”.
[8]
MOGOLLÓN CANO-CORTÉS, Pilar. “Los alarifes moriscos y las realizaciones
mudéjares en la villa de Hornachos” en Actas
Simposio Internacional de Mudejarismo. Mudéjares y Moriscos. Cambios sociales y
culturales. Centro de Estudios Mudéjares. Teruel 2004, p.243
[9] Coronica del
sancto rey don Fernando tercero de este nombre… en https://www.wdl.org/es/item/17844/view/1/1/, p. 93.
[10] MOTA ARÉVALO,
Horacio. “El castillo de Montemolín”. Revista de Estudios Extremeños
T. XV, n. 2 1959, mayo-ag, Diputación Provincial de Badajoz. p. 384.
[11]
COELLO, Francisco. Obra citada.
[12] REAL ACADEMIA DE LA LENGUA. Diccionario de Autoridades, I, Gredos,
Madrid, 1990, p. 217: “ALIXARES. Los exidos y salidas que tienen los Pueblos
para que la gente salga á passearse y divertirse. Esta voz puede venir
según Covarr. de Aldixari,
que en lengua Turca vale tanto como é fuera, ó el de fuéra. Y también puede derivarse de la terminación
Árabe Ixarum, que sale del verbo Axere, que significa juntarse la gente à
divertirse en conversaciones alégres”.
[13] COROMINAS, Joan y PASCUAL, José
A. Diccionario crítico- etimológico
castellano e hispánico. Tomo II. Gredos, Madrid 1986, p.549.
[14]
GIBELLO BRAVO, Víctor M. Obra citada, p.
54: “Ante el avance
conquistador hacia el Sur de los reinos cristianos, y condicionados éstos por
la imposibilidad de contar con efectivos poblacionales que les permitieran repoblar las tierras
ganadas al islam, aceptaron la permanencia
de los musulmanes en sus antiguos
emplazamientos, incluso permitiéndoles la conservación de su religión, lengua y
organización jurídica”.
[15]
Íbidem, p. 55.
[16]
Íbidem, p. 54: “El arte mudéjar refleja la pervivencia de caracteres artísticos y
constructivos islámicos, pero no es exclusivamente musulmán en tanto que se
desarrolla en tierra cristiana, por tanto carece de libertad de creación en
consonancia directa con el estatus de sus artífices: sometidos a una autoridad
ajena y poseedora de una religiosidad y una identidad cultural diferentes”.
[17] Sobre el mudejarismo llerenense y el propio mudejarismo en
general véanse las opiniones de dos grandes historiadores llerenenses como José
Iñesta Mena y José Antonio Cabezas Vigara. IÑESTA
MENA, José. “Llerena mudéjar o el descubrimiento del color en la arquitectura
popular más antigua” en Senderos de
Extremadura. Senderos de Extremadura 1999: http://www.alextur.net/Senderos/numero9/llerena-mudejar/llerena.htm y
CABEZAS VIGARA, José Antonio. ¿Fachadas mudéjares en Llerena? La Terminología y
la interpretación del Arte Mudéjar? En https://www.antrophistoria.com/2008/08/fachadas-mudjares-en-llerena-la.html
[18]
Íb.
[19]
GAZUL DE UCLÉS, Arturo. “Año Santo Jacobeo […] La Reconquista de LLerena” en Revista
de Ferias de LlerenaAyun6tamiento de LLerena. Badajoz 1954, p. (sin
paginar): “Su recinto de murallas por los
restos que quedan, pese a sus resturaciones posteriores, son de estructura
árabe y sí era el mismo de la villa bajo
la Orden de Santiago”.
[20]
LEPE DE LA CÁMARA, José María. “La Iglesia Mayor de Santa María de la Granada
de LLerena” en Llerena, Fiestas Mayores
Patronales de Ntra. Sra. de la Granada. Ayuntamiento de LLerena, Badajoz
1971, p. (sin paginar): “la fundación fue probablemente hecha sobre una
primitiva ermita que ocuparía el solar
de una mezquita de la “Ellerina”
árabe- así parece denotarlo orientación
de oriente a occidente del templo
[N.B. Esta es la orientación canónica de los templos cristianos]; y más todavía
unos bellos arcos de herradura, tipo “almohade”, que actualmente se ven
toscamente tapiados en el interior del
primer cuerpo de la torre-”
[21] GIBELLO BRAVO, Víctor Manuel.
Obra citada, p. 65.
[22]
FULCANELLI. El misterio de la catedrales,
Plaza & Janés, col. Rotativa. Barcelona 1972, p.54,
[23] MATEOS
ASCACIBAR, Francisco J. “Lo que hizo y
deshizo el tribunal de la Inquisición durante su residencia en el Palacio del
mayorazgo de los Zapata en Llerena”. Inquisición.
Jornadas de Historia de Llerena / coord. por Felipe Lorenzana de la Puente
y Francisco J. Mateos Ascacíbar. Sociedad Extremeña de Historia. Badajoz 2014, p. 355.
[24]
GARRAÍN VILLA, Luís José. Llerena, sus
calles, historia y personajes. Sociedad Extremeña de Historia. Badajoz
2010, p. 410.
[25]
GARRAÍN VILLA, Luís José. Calles…, p.
66.
[26]
CARRASCO GARCÍA, Antonio. La Plaza Mayor
de Llerena y otros estudios. Ediciones Tuero. Madrid 1985, p. 23.
[27]
GARRAÍN VILLA, Luís. “El tribunal del santo Oficio de Llerena. Nuevas
aportaciones” en XV Jornadas de Historia
en Llerena: INQUISICIÓN. Sociedad
Extremeña de Historia, Badajoz 2014, p. 13 y 14: “ os envié a mandar hicieseis dar las casas de Rodrigo de Cárdenas, que
son en esa villa de Llerena, a los Inquisidores de la Herética Pravedad para
acoger el dicho Santo Oficio de la Inquisición porque a la sazón las dichas
casas estaban vacías, lo cual vos hiciste y vos lo tenga en servicio y porque
después como habéis sabido el licenciado Luis Zapata del mi Consejo ha
concertado casamiento de su hija con el hijo del dicho Rodrigo de Cárdenas e
para dar en ello conclusión dice que tiene necesidad de las dichas casas, e las
casas del dicho licenciado es razón sean bien miradas e también es mi voluntad
que el dicho oficio de la Inquisición sea bien aposentado. Por ende yo vos mando
que luego que la presente recibieredes hagáis desembargar e dejar libres las
casas que yo como maestre tengo en esa dicha villa sin que nadie esté en ellas
para que poseen los dichos inquisidores e ministros de la inquisición, puedan
tener cumplimiento de cárceles”.
[28]
CARRASCO GARCÍA, Antonio. Obra citada, p. 23.
[29]
LÓPEZ FERNÁNDEZ, Manuel. “Aproximación
Histórico-Jurídica al Fuero de Llerena” en Marginados
y minorías sociales en la España Moderna y otros estudios sobre Extremadura. Sociedad Extremeña de Historia. Felipe
Lorenzana de la Puente, Francisco J. Mateos Ascacibar (coord.). Badajoz 2006,
p. 245.
[30]
Sobre el derecho real del “Ayrado y Pagado” véase también http://webs.ucm.es/BUCM/tesis/19972000/H/0/H0039504.pdf,
pp.954 y 970.
[31]
RECUERO LISTA, Alejandra. El reinado de
Alfonso XI de Castilla (1312-1350). Universidad Autónoma de Madrid en https://repositorio.uam.es/bitstream/handle/10486/674742/recuero_lista_alejandra.pdf?sequence=1
[32]
GARRAÍN VILLA, Luís. “Llerena y los Reyes Católicos” en Actas de las Terceras Jornadas de Historia de Llerena. Felipe
Lorenzana de la Puente y Francisco J. Mateos Ascacíbar, Coordinad. Sociedad
Extremeña de Historia. Badajoz 2002, p. 109 y ss.
[33]
MURILLO MALDONADO, Miguel “Orden de
Santiago. Fuero de LLerena” en Fueros de
la Real Biblioteca de Palacio. Madrid 1781, f. 344 v.
[34]
LADERO QUESADA, Miguel Ángel. “El sistema impositivo en Castilla y León, X-XIII, pp. 291 y 292 en
https://www.ucm.es/data/cont/docs/446-2013-08-22-12%20sistema%20impos.pdf
[35]
Íbidem.
[36]
MARTÍNEZ MELÓN, José Ignacio. “Aproximación al territorio de la diócesis de
Astigi (Écija, Sevilla) en la antigüedad tardía” en Pyrenae, núm. 39, vol. 1 (2008) REVISTA DE PREHISTÒRIA I ANTIGUITAT
DE LA MEDITERRÀNIA OCCIDENTAL, p. 119.
[37]
MATEOS ASCACÍBAR, Francisco Javier. “Lo que hizo y deshizo …”, p. 354.
[38]
Íbidem, p. 355.
[39]
Íb., p. 354.
[40]
Íb.
[41]
Íb..
[42]
Íb., p. 355.
[43]
Íb.
[44]
GARRIDO SANTIAGO, Manuel. Arquitectura
Militar de la Orden de Santiago en Extremadura. Editora Regional de
Extremadura. Cáceres 1989, p. 273: La entrada a la Alcazaba se encuentra al
norte .
[45]
NAVAREÑO MATEOS, Antonio. Castillos y fortificaciones en Extremadura, p. 259: “Los asentamientos
inmediatos a los ríos Tajo y Guadiana fueron especialmente atractivos, sobre
todo para los musulmanes, que se
instalan en la orilla meridional, utilizando el curso de río como frontera y
dificultad añadida para quienes venían del Norte como se aprecia en […] Alange,
Mérida o Badajoz, junto al río Guadiana. Estos y otros emplazamientos musulmanes fueron aprovechados
por los cristianos tras la Reconquista, y cuando construyeron otros nuevos lo
hicieron en lugares con similares características, pero ahora, cuando se busca
la defensa natural de un río la fortificación se dispone al norte del mismo”.
[46] Cáceres fue conquistada en dos
ocasiones por los cristianos CONCHIÑA,
J. L. de la, “La red comendataria alcantarina en el siglo XV” en Revista de Estudios Extremeños, Vol. 64,
nº 2, Badajoz 2008, p. 109.