Publicado en la Revista de Reina 2020.
Antonio Mateos Martín de Rodrigo
p. 23.
En un momento
indeterminado anterior a 1494 Hernando o Fernando de León, erigió, en el lado
de la Epístola junto al Presbiterio y a la Capilla de la Trinidad, una
capilla funeraria para sí y su familia.
Y lo hacía en el interior de la Iglesia Matriz de Nuestra
Señora Santa María de la entonces villa de LLerena.[1]
N.B. Las capillas privadas eran funerarias, no devocionales,
si bien se encomendaban a un titular mártir o santo, hecho muy importante en el
desarrollo de esta Historia para descubrir las razones y al autor no reconocido
de su intitulación.
El frexnense De León, estaba avecindado en LLerena según la
documentación de la época. Y tenía por oficio el de “thesorero”. Es decir,
ministro “diputado para la custodia, y distribución del thesóro
Real, u particular”.[2]
Sobre qué Institución concreta ejercía su función hay diversas interpretaciones: José Mª Lepe de la Cámara se refiere a él
como “tesorero del reino”;[3] Mª Paz de la Peña Gómez asevera lo mismo; [4]
a su vez, Luís Garraín Villa lo moteja como “tesorero de la Mesa Maestral
durante la segunda mitad del siglo XV” [5]
y Francisco J. Mateos Ascacíbar con
Ángel Hernández García cual “tesorero real”.[6]
No obstante, Hernando de León era ciertamente natural de
Fregenal de la Sierra.
Pertenecería, pues, originalmente a la comunidad
judeo-conversa de dicha población. Y de aquí, que el proceso inquisitorial
contra él se desarrollase en Fregenal durante la época itinerante de la
Inquisición extremeña.
En interpretación de Rafael Caso Amador y Juan Luís
Fornieles Álvarez en Fregenal había varias familias judías, económica y
socialmente poderosas, de apellidos “Paz, Mocho,
Cegón, León, Franco, Rodríguez
Santos, Arias, etc.”. [7]
Otra información algo relevante que, acaso ha pasado desapercibida,
es que Hernando o Fernando de León, pudo ser familiar político de Benito Arias
Montano.
Además, de familia co-sanguínea pudo,
también, haberlo sido del llerenense Pedro
Cieza de León. Éste, igualmente, de reconocida familia judeo-conversa.[11]
De lo que no hay dudas es que nuestro personaje cayó en la desgracia
p.24.
de ser juzgado y condenado por la Inquisición.
En el documento titulado “Fe de la Inquisición”, fechado el 23 de octubre del
año 1505, se lee meridianamente su condena: “Diego de cuero, escribano y
notario publico por la auctoridad
Apostólica e notario del secreto desta santa ynquisicion de la provincia de
león del maestrazgo de Santiago e su partido doy fe [que] en proceso que se
hizo en esta ynquisicion contra el tesorero
Fernando de león defunto vecino que fue desta villa de Llerena esta una
sentencia que contra el se dio en la
villa de frexenal a veinte et nueve días
del mes de junio de mil e quatrocientos e noventa e quatro años en que se le
declaro por hereje”.[12]
Fernando o Hernando de León no aparece
en las investigaciones que se han emprendido sobre las diversas actuaciones de
la Inquisición en Fregenal (su Cronista Oficial me remitió al de LLerena).
Posiblemente, al no aparecer en los listados los nombres de los quemados, una vez
muertos y desenterrados para ser incinerados sus restos en la hoguera.[13] Su estado civil pasaba por el de “defunto”
según los documentos que estamos considerando, es decir, que interpretamos que
murió antes o durante el proceso inquisitorial.
En estos casos eran desenterrados
y/o enterrados provisionalmente en los
corrales de la Inquisición. Lugar de pudridero fuera de cualquier recinto
religioso según las normas.
Garraín Villa expone algunos puntos
novedosos y de interés. De una parte: que tras “convertirse al cristianismo, siguiendo las directrices marcadas por el
decreto de expulsión de los judíos, firmado por los Reyes Católicos, en Granada
el 31 de marzo de 1492, el Santo Oficio recibió la denuncia de algunos
cristianos viejos de LLerena, acusando a Hernando de León de practicar la
religión judía. Inmediatamente fue encarcelado y se le confiscó todo su
patrimonio. La sentencia de los señores inquisidores fue la de ser quemado en
la hoguera.” [14]
La herejía y el origen poblacional de
Hernando de León tal como indica Garraín, por la fecha y la población en que se
dictó, fue la de judaizante. O, lo que es lo mismo, por practicar en secreto el
Judaísmo tras una falsa conversión a la religión cristiana.
Algunos judíos, tras el Edicto de
Expulsión de 1492, de puertas adentro, continuarían practicando la religión
mosaica en considerable número. Contra ellos comenzaría la incipiente
Inquisición llerenense sus pesquisas y sentencias.[15]
Claro es, que hubo delaciones muy interesadas ante judíos conversos sinceros. Y la suya me parece especialmente cantosa, tan cantosa como atrevida y te
p.25.
específica
Iglesia maestral de Santa María de la villa de LLerena.
De los conversos recelaban los llamados
cristianos viejos debido a su éxito social y económico al no tener las trabas
de sus antepasados para ejercer determinados altos cargos públicos y oficios.[16] De hecho, además, llegaron
a competir con las poderosas clases de los labradores y ganaderos…[17]
A la generalidad de los conversos se le
aplicó duramente la Inquisición en su incipiente distrito extremeño. Además de Fregenal, en
Guadalupe, Hervás, Puebla de Alcocer, etc.[18]
En su caso, según indicaría,
fehacientemente, el documento de 23 de octubre del año 1505, Hernando o
Fernando de León no llegó a conocer la sentencia. Para entonces, ya era
“defunto”. Por tanto, su cadáver, insisto, sería desenterrado y quemado.[19] Con él, siguiendo a
Caso Amador, tras el Auto de Fe, 37 hombres y 52 mujeres, corrieron la mala
suerte de que sus cenizas también fuesen
aventadas en el quemadero de vivos y muertos.[20]
Consecuentemente, Hernando o Fernando
de León perdió la propiedad de su Capilla en el año ya citado de 1494, pasando
a propiedad de los Reyes: “e le confiscaron todos sus bienes e se le aplicaron
a la cámara e fisco de sus altezas”. [21]
N.B. A los Reyes, como Administradores
de la Orden, en tanto que señores solariegos le correspondían algunos de los
bienes secuestrados a los herejes. También fue el caso, anteriormente, del
Maestre D. Alonso de Cárdenas.[22]
Comprobemos otro punto del mayor
interés: sí él puso la intitulación que lleva la capilla o fue Don Luís Zapata.
El Concejo llerenense, ante la
sentencia inquisitorial, recurrió a los Reyes Católicos como Administradores de
la Orden.[23] Ellos accedieron, graciosamente, a su venta
en subasta para destinar los dineros de su remate a mejoras de la propia
iglesia.[24]
En 1503 el Concejo de la villa
llerenense, pues, vende la Capilla a Juan de Céspedes, freyre laico santiaguista, comendador de
Monesterio. Éste, a su vez, en 1506 le entregó los derechos, también por venta,
sobre la capilla al Licenciado D. Luís Zapata. Así, en palabras de Pero Pérez,
Zapata “no la levantó desde sus
cimientos, sino que “la reedificó, ensanchó y embelleció”.[25]
Por la simple comparación entre lo que
construyó Hernando de León y culminó Zapata, al parecer en 1519, la capilla
funeraria de De León en sus inicios fue bastante modesta, acaso como las otras
que le precedieron y siguieron (la del Prior, V.G.).
Pero, la del Licenciado fue excepcional.
En palabras de Pero Pérez: sin embargo, “no
están satisfechos los nobles señores. Su piedad y devoción ambicionan
santamente trocar la insignificante capilla de Hernando de León en soberano y
decoroso pedestal, que sostenga la efigie bendita del “Mayor entre nacidos de
mujer”, y, de paso, “se señala y
escoge como urna y depósito sosegado de los cuerpos mortales de aquellos cónyuges, que santa gloria hayan”.
[26]
N.B. Mateos Ascacíbar y Hernández García exponen que las diferen-
p. 26
cias son muy significativas: las de los más poderosos y
ostentosos utilizan en sus capillas el gótico como estilo constructivo -los
maestres D. García Fernández de Mexía
y D. Alonso de Cárdenas, ambos
con estatuas yacentes, lo cual prohíbe Luís Zapata en su capilla-. El
resto, recurren a las técnicas
constructivas mudéjares, más baratas y menos lucidas.[27]
El documento inquisitorial de 1496,
proporcionado por Garraín Villa, de otra parte,
informa, por defecto, que la capilla de Hernando o Fernando de León
estaba erigida en tal fecha, posiblemente en estilo mudéjar, arquitectónicamente.
De este documento se infiere que la Capilla y su Capellanía ya estaban
terminadas y formalizadas canónicamente. Incluso, tenía nombrado capellán
-Fernando González de Valencia- y disponía de capital y rentas así como de
actividad propia. Ya que en dicho documento se prohibía que “no se cante ni celebre la dicha capellanía ni digan en ella oficio
alguno ni se haga memoria por el dicho Fernando de León, condenado, salvo por
el ánima de los Reyes de gloriosa memoria, nuestros antecesores, e por la
mujer, de nombre, Isabel, del dicho Fernando de León”.[28]
Los textos clásicos no permiten discernir
claramente si Hernando de León puso la intitulación de “San Juan Bautista” a la Capilla. No
obstante, hay argumentos para creer que el autor de esta devoción, fuera quien
fuese, en absoluto lo hizo de forma aleatoria o casual.
Como primera prueba de aproximación,
dice Pero Pérez que está “dedicada a San
Juan Bautista, de quien tan devotos se mostraron siempre los fundadores; dos
hijos llevan este nombre, el segundogénito Juan de Chaves y doña Juana, monja
profesa en el convento de madre de Dios”;[29] tampoco, será definitivo el texto de las Constituciones de la
Capilla ya que en él
se declara, a través del propio testimonio, que “yo hice e reedifiqué la capilla de la
advocación del bien aventurado señor san juan baptista”.[30]
Ahora bien, quien intituló como “San Juan Bautista” esta Capilla no fue el Licenciado Luís Zapata.
Fue el propio Hernando o Fernando de León ya que tenía erigido el Altar Mayor
con esta advocación e imagen de bulto. Así lo atestiguan los Visitadores de la
Orden de Santiago en 1498: capilla de “bóveda
de cantería en la qual está un altar que se dice de la vocación de San Juan
Baptista.”[31]
Entendiendo Pero Pérez que los hijos de D. Luís Zapata tuviesen por nombres de pila los Juan y Juana lo más lógico sería aseverar que este patronazgo se le debía a ellos. Pero, ante lo relatado en la Visita de 1498, sólo nos queda expresar nuestra opinión sobre por qué Hernando de León puso esta advocación a la Capilla: Fregenal de la Sierra no pertenecía al Maestrazgo de Santiago ni a su Pro-
p.27
vincia de León. Consecuentemente, tampoco
pertenecía al Priorazgo de San Marcos. Esta población bajoextremeña civilmente
era dependiente de Sevilla y eclesiásticamente estaba sujeta al Obispado de
Badajoz. Ahora bien, como prueba de mayor convicción, consideremos que la
catedral badajocense ya tenía entonces como patrón y titular a San Juan
Bautista.
Para cerrar este parágrafo, relativo a la personalidad de
Hernando o Fernando de León, intentaremos interpretar su vano y peligroso
empeño en erigirse una capilla funeraria en un lugar más que privilegiado para
los más privilegiados junto a los más privilegiados.
La Orden de Santiago obligaba a
sus vasallos o súbditos que erigiesen sus templos “según pudieran sofrir”: en general, la
construcción de iglesias y ermitas era obligación de los vecinos de la villa o
aldea según las leyes capitulares de la Orden: “que
los pueblos son a cargo de las fabricas (sic), y reparos, y ornamentos, y
libros y de las otras cosas necesarias a las iglesias parroquiales, situadas en
las villas y lugares”.[32]
En el caso de LLerena no se
cumpliría a rajatabla esta obligación. Los Maestres D. García Fernández de
Mexía y Guzmán,[33]
Don Lorenzo Suárez de Figueroa y D. Alonso de Cárdenas, fueron sus grandes
donantes.
N.B. En algún documento oficial
de la Orden de la Caballería del Señor Santiago de la Espada se recoge que el
maestre García Fernández aún no ha pagado…
La siguiente Capilla funeraria es la denominada de la Santísima Trinidad. Su fundador fue su
continuador como Maestre, D. Lorenzo Suárez de Figueroa. La subsiguiente
capilla funeraria, lejos, eso sí, de la iglesia de Ntra. Sra. de Santa María,
fue obra del último Maestre, D. Alonso de Cárdenas. A su vez y expensas, erigió
otra capilla funeraria para sí y sus descendientes,[34] la aún parroquia de Santiago.
N.B. La Capilla Funeraria de Santiago, paralelamente, fue erigida iglesia parroquial. Un caso
excepcional y original.[35]
Es decir, previamente, a Hernando o Fernando de León, todos
los que dispusieron de capillas funerarias fueron personajes de gran enjundia y
del Hábito de Santiago (dos maestres y un prior). Entre las de estos puros sangres lindos y guapos, en el
lenguaje de la época, Hernando o Fernando de León erigió una capilla funeraria
dentro de los muros de LLerena y en el interior de la Iglesia Mayor de la
Villa. De su innegable origen judío, no cabe duda alguna. Pero, en la misma
proporción o quizá aún más, sí debiera caber sospechosas dudas más que
razonables de la bondad sana y edificante de sus vecinos, acaso labradores acomodados,
los cristianos viejos que lo denunciaron.
Que un judío, en realidad un asqueroso marrano, en lenguaje de la época, y thesorero por demás, por muy enriquecido que lo fuese, no podía
dormir el Sueño Eterno en el mismo lugar que los propios Maestres de la Real y
Militar Orden del Señor Santiago de la Espada…
En palabras, incompletas, de Mayorga; los “cristianos viejos veían en los judíos, un
peligro latente contra la ortodoxia, la pureza de la fe e integridad del
catolicismo. Penetraron tan hondamente las capas de la sociedad, que bien
pronto los hallamos como funcionarios públicos, elegantes damas y prestantes
caballeros de corte, prelados y obispos, conquistadores y obispos,
conquistadores de América, banqueros, literatos y hasta santos de la Iglesia
Romana”.[36]
De cualquier forma, en Fernando o Hernando de León se daban
las condiciones impuestas por las Leyes
de las Partidas para “soterrarse” en
el interior de la Iglesia. Entraba, de principio, en la categoría de los omes honrrados que fiziessen Eglesias de
nueuo.[37]
Pero su “honrradez”, fatalmente, fue puesta a prueba…
En la Ciudad de Mérida a 15 de junio de 2020.
[1] PÉREZ, Pero. “El
Licenciado Luís Zapata”. Revista de Estudios Extremeños, Badajoz 1943
T. XVII n. 1 1943 en.-abr, p. 11-28 y T. XVII n. 2,
1943 mayo-ag, p. 163-185.
[2] REAL ACADEMIA DE LA
LENGUA. Diccionario de autoridades.
Gredos, Madrid 1990., Tomo II, p.169.
[3] LEPE
DE LA CÁMARA, José Mª. “Estudio sobre la Iglesia mayor de santa María de la
Granada”. IV Congreso de Estudios Extremeños (Mérida
1972). T. XXXII n. 1 1976 en.-abr, p. 35.
[4] DE LA PEÑA GÓMEZ, Mª del Pilar. Arquitectura y Urbanismo de LLerena.
Universidad de Extremadura y Ayuntamiento de LLerena. Salamanca 1991, p. 108.
[5] GARRAÍNJ VILLA, Luís José.
LLerena, sus calles, historia y
personajes. Sociedad Extremeña de Historia. Badajoz 2010, p. 451.
[6] MATEOS ASCACÍBAR,
Francisco J. y HERNÁNDEZ GARCÍA, Ángel. “La iglesia mayor de Llerena” en El Siglo de las Luces: III Centenario del
Nacimiento de José de Hermosilla (1715-1776). Felipe Lorenzana de la
Puente, Francisco J. Mateos Ascacíbar, Coordinadores. Badajoz 2016, p. 312, pp
301-334.
[7] CASO AMADOR, Rafael y FORNIELES ÁLVAREZ. Juan Luís. “Judeoconversos y atención sanitaria en Fregenal de la Sierra (Badajoz) en el siglo XVI: el linaje Vázquez”: Cáceres. Norba Historia Nº 27-28 (2014-2015), p. 322: “ diversas familias constitutivas de una élite judeoconversa pasaron a formar parte de unos grupos oligárquicos que, por medio de su riqueza económica y/o su prestigio social, van logrando el control de los poderes locales, civiles y eclesiásticos. La mayor parte de sus componentes son los miembros de esa burguesía de artesanos y mercaderes que actúa a lo largo de toda la centuria[siglo XV], participando en redes comerciales de amplios radios de acción, y en la que la presencia de algunas familias o linajes es permanente: los Paz, los Mocho, los Cegón, los León, los Franco, los Rodríguez Santos, los Arias, etc. El carácter de sus actividades, con el protagonismo ya visto del aprovechamiento del cuero, permitió además la confluencia de intereses con el sector terrateniente de hidalgos cuyos ingresos se basaban en la explotación ganadera del territorio”.
[9] Véase CASO AMADOR, Rafael. “El origen
judeoconverso del humanista Benito Arias Montano” Revista de Estudios
Extremeños, 2015. Tomo LXXI, Número III, pp. 1665-1712 pp. 1667.
[12] PÉREZ, Pero. Obra citada,
Tomo I, p. 17.
[13] Véase CASO AMADOR,
Rafael. “La actuación inicial de la Inquisición en el suroeste de Extremadura:
Fregenal de la Sierra, 1491-1511. Estudio preliminar”. XV Jornadas de Historia en Llerena: INQUISICIÓN. Sociedad Extremeña de Historia, Badajoz 2014, p. 247 y
ss.
[14] GARRAÍN VILLA, Luís José.
LLerena, sus calles..., p. 451.
[15] MAYORGA, Fermín. “La comunidad judía en Fregenal a finales del
siglo XV”. Alcántara: revista del
Seminario de Estudios Cacereños. Nº. 67, 2007, págs. 25-88.
[16] SUÁREZ BILBAO, Fernando.
“Cristianos contra judíos y conversos”. Conflictos sociales, políticos e intelectuales en la España de los
siglos XIV y XV . XIV Semana de Estudios Medievales, Nájera, del 4 al 8 de agosto
de 2003 / coord. por José Ignacio de la Iglesia
Duarte,
2004. págs. 445-482.
[17] GARRAÍN VILlA,
Luís. “Los judíos conversos en la provincia de León del Maestrazgo de Santiago
y el Obispado de Badajoz a finales del siglo XV”. Revista
de Estudios Extremeños, T.
LII n. 3 1996 sept.-dic, pp. 773-846.
[18] GARRAÍN VILLA, Luís. “Orígenes del Santo Oficio de la Inquisición
de Llerena” en Actas de la II Jornada de
Historia de Llerena . Coordinación Felipe Lorenzana de la Puente y
Francisco J. Mateos Ascacibar. Junta de Extremadura, Badajoz 2001, pp. 119-
133.
[19] MAYORGA, Fermín. Obra
citada, p. 76.
“Los herejes que morían en las prisiones, se enterraban en los corrales de las
cárceles poniéndoles en un letrero su nombre y herejía cometida, cuando se
celebraba el Auto de Fe, los cadáveres eran desenterrados y cargados sobre
burros o mulas, iban acompañando la procesión de reos vivos hasta el cadalso, y
posteriormente una vez leídas sus sentencias se sumaban a la negra procesión de
condenados a la hoguera. Junto al cadáver la Inquisición preparaba una estatua
de cartón con el nombre del reo y la herejía cometida, cuando se leía su
sentencia, los huesos del difunto y la estatua que le representaba eran
lanzados a la hoguera. El sambenito que había llevado la estatua, era colgado
en la Iglesia de Fregenal para perpetuar la infamia del difunto, y la de toda
su familia presente y venideras.
[20] CASO AMADOR, Rafael. “La
actuación… p. 246.
[21] PÉREZ, Pero, Obra citada,
Tomo I, p,17.
[22]
GARRAÍN VILLA, Luís. “Orígenes… , p. 128: “El día 29 de julio de 1493, desde
Barcelona, se informó al bachiller Andrés de Torquemada, inquisidor de la
provincia de León, obispo de Badajoz, y al bachiller Escudero, vecino de
Llerena, sobre lo que había que hacer con los bienes confiscados .La entrega de
los bienes confiscados a los herejes estaba encomendada al Consejo de la
Suprema Inquisición. Los bienes que le fueron requisados al Bachiller Ramos y a
su mujer, que en un principio le fueron entregados al maestre de la Orden de
Santiago don Alonso de Cárdenas, por una resolución del Consejo fechada en
Medina del Campo el 26 de mayo de 1494, le fueron entregados a doña Juana de
Cárdenas, Señora de la Puebla, única hija legítima del Maestre, y a su esposo
don Pedro Portocarrero, llamado el Sordo”.
[23] ÍBIDEM, p. 19: “por
merced que como administradores perpetuos de la orden de Santiago por abtoridad
apostolica, mandásemos dar licencia e facultad para disponer de la dicha
capilla o como nuestra mercedes fuese (al Concejo).”
[24] ÍBIDEM, pp. 17 y 18.
[25] ÍBIDEM, p. 16.
[26] PÉREZ, Pero, Obra citada,
Tomo I, p. 28.
[27] MATEOS ASCACÍBAR,
Francisco J. y HERNÁNDEZ GARCÍA, Ángel. “La iglesia mayor...”, p. 312.
[28] GARRAÍN VILLA, Luís. “Orígenes…”,
p. 129..
[29] ÍBIDEM. Tomo I, p. 27.
[30] ÍB. Tomo II, p.169.
[31] DE LA PEÑA GÓMEZ, Mª del
Pilar. Obra citada, p. 108.
[32] GARCÍA DE MEDRANO. Obra citada, f. 153 r
[33]
MATEOS ASCACÍBAR, Francisco J. y HERNÁNDEZ GARCÍA, Ángel. “La iglesia
mayor...”, p. 309.
[34] Una copia del texto de la
Fundación de esta Capilla, se conservaba
en los años sesenta enmarcado en un cuadro situado en una de las paredes
de la sacristía, según recuerdo.
[35] MORENO DE VARGAS,
Bernabé. Historia de la ciudad de Mérida.
Ayuntamiento de Mérida. Badajoz 2001, p. 432.
[36] MAYORGA, Fermín. Obra
citada, p. 31.
[37] Alfonso X. LAS SIETE PARTIDAS DEL SABIO REY DON ALFONSO
EL NONO NUEVAMENTE GLOSADAS POR EL LICENCIADO GREGORIO LÓPEZ. Madrid, 1554,
B.O.E. Madrid,1977. pp. 569 y 570.
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